Introducción
Actualmente la expansión e intensificación de la agricultura no regulada e
insostenible afectan al medio natural mundial, continuando con las causas de los
desperfectos ambientales (Graziano Ceddia, 2019). Asimismo, la creciente
demanda de alimentos, piensos y energía está provocando una mayor intensidad
de la agricultura y cambios en el paisaje. Dicha expansión agrícola insostenible
conduce principalmente a la degradación de la tierra, especialmente en zonas
fértiles (Leng et al., 2020).
En América Latina este proceso es más prominente, con tasas de incremento de
áreas agrícolas sustancialmente superiores a la media mundial. Durante las
últimas décadas, se han producido cambios significativos en el paisaje natural,
en gran parte debido al aumento de la producción agrícola destinada a la
exportación. Un ejemplo claro de este fenómeno es el aumento del 43% en la
superficie cultivada en cinco países del continente, desde el inicio del ciclo
agrícola en el año 2000 hasta su finalización en 2011 (Vega et al., 2015). Por
consiguiente, es esencial establecer una planificación territorial exhaustiva que
permita la evolución ordenada de los sistemas territoriales en la región.
A nivel nacional, la situación es similar, especialmente debido a que el país se
destaca en la exportación de diversos productos agrícolas, como bananos, maíz
amarillo, caña de azúcar, soja, cacao, entre otros (Miguel Ayala et al., 2016).
Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP), la
degradación del suelo en el territorio ecuatoriano está estrechamente
relacionada con el uso de prácticas agrícolas insostenibles (Ponce Cevallos,
2016). El problema también se presenta en la provincia de Los Ríos, la segunda
región agrícola más apta del país (OECD & Food and Agriculture Organization
of the United Nations, 2016). Los principales cultivos de la provincia son el cacao,
el café, el arroz, el banano y la palma africana. Semejante a la provincia del
Guayas que se destaca por cultivos de arroz, banano, cacao, café, al igual de la
exportación y producción para consumo familiar de caña de azúcar, maíz y
pastos.
Se ha comprobado que el crecimiento agrícola puede tener un mayor impacto en
la pobreza que otros sectores de la economía, siendo una de las actividades más